Con profundo pesar, despedimos a Miryam Kurganoff de Gorban, nutricionista, docente, militante y referente indiscutida de la Soberanía Alimentaria en el mundo. Su fallecimiento marca el cierre de una vida dedicada a la lucha por el derecho humano a una alimentación digna, saludable y soberana.
Una vida sembrada de convicciones
Nacida en Ceres, provincia de Santa Fe, el 9 de diciembre de 1931, Miryam se formó como dietista en 1951 y desde entonces trazó un camino profesional y político que transformó la nutrición en una herramienta de justicia social. Su trabajo en el Sanatorio Güemes, junto al Dr. René Favaloro, y su rol como Jefa de Alimentación en hospitales públicos, la posicionaron como una voz experta en políticas alimentarias.
Pero su legado excede lo técnico. Miryam fue una militante incansable, sobreviviente de la dictadura militar, que convirtió el dolor en acción colectiva. En 1996, representó a Argentina en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación convocada por la FAO, donde abrazó el concepto de Soberanía Alimentaria como bandera de lucha: el derecho de los pueblos a decidir cómo producir, distribuir y consumir sus alimentos.
Docencia, pensamiento y acción
Fundadora y coordinadora de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria en la Facultad de Medicina de la UBA, Miryam formó generaciones de profesionales con una mirada crítica sobre el sistema alimentario. Su enfoque integró saberes científicos, populares y políticos, denunciando la concentración del mercado, el avance de los transgénicos y la mercantilización de la comida.
Fue autora de numerosos artículos, conferencista internacional y asesora de movimientos campesinos, cooperativas y organizaciones sociales. Su voz se alzó en defensa de los comedores escolares, las huertas comunitarias, los mercados populares y toda iniciativa que pusiera en el centro la dignidad alimentaria.
Reconocimientos y legado
Miryam recibió múltiples distinciones, entre ellas el título de Doctora Honoris Causa por la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Nacional de Rosario y la Universidad Nacional de La Plata. En 2020, fue declarada Personalidad Destacada de los Derechos Humanos por la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires.
Pero su mayor legado es intangible: vive en cada huerta que florece, en cada plato que respeta la cultura y la salud, en cada comunidad que se organiza para alimentarse sin depender de las corporaciones.
Con esa convicción, Miryam nos enseñó que comer no es solo un acto biológico, sino profundamente político.
Despedida
Hoy, su partida nos deja un vacío inmenso, pero también una semilla fértil. Nos toca seguir sembrando, cuidando, resistiendo. Que su memoria nos inspire a construir sistemas alimentarios más justos, diversos y humanos.